Un mercado de referencia
El Mercado de la Ribera de Bilbao ha ido evolucionando desde su origen hasta hoy en día manteniendo en todo momento su identidad como uno de los epicentros de la villa
Desde que D. Diego López de Haro fundase la Villa de Bilbao en torno a las Siete Calles, entre estas y el primer puerto, en los alrededores del puente, y actual iglesia de San Antón, se encontraba un espacio abierto donde nació y se desarrolló la vida mercantil. Ese entorno, conocido como la Plaza Mayor y donde hoy en día se ubica el Mercado de la Ribera no ha dejado de cambiar, pero tampoco ha dejado de ser uno de los motores de la ciudad. El 22 de agosto de 1929, con Bilbao en plena Aste Nagusia y el Gobierno de la nación al completo capitaneado por Primo de Rivera, fue la fecha elegida para la inauguración de este magnífico edificio que es el Mercado de la Ribera.
Al cruzar su puerta principal, presidida por una gran cristalera que precede a una vidriera que coloca el escudo de Bilbao por todo lo alto, se cruza a otra dimensión. Todo está servido en el Mercado de la Ribera, la gran despensa de Bilbao, desde un jazz-bar hasta los tradicionales puestos del mercado. 3 plantas y 186 comercios componen este histórico edificio. En la planta baja se encuentran las pescaderías, en la primera los puestos relacionados con la carne y en la tercera las frutas y verduras. Una organización que difiere mucho del origen del mercado, unos puestos más o menos organizados en torno a la Plaza Mayor de la villa.
“El Mercado es la esencia del barrio, lo que lo identifica”, afirma Elena Aguirre, que lleva 15 años en el barrio. Cierto es que nadie concibe Bilbao La Vieja sin el mercado, le otorga una identidad al barrio. “No solo históricamente, también en el día a día, la gente joven hace la compra en los supermercados pero yo tengo que venir a hacerla al mercado”, añade. La cultura de ir a hacer la compra al mercado se ha ido perdiendo. En la última década se ha producido un trasvase de clientes que han dejado de comprar en los llamados «canales especialistas» (comercios tradicionales, tiendas de barrio, mercados...) para hacerlo en los supermercados de cadena. Sin embargo, el mercado ha conseguido abrirse a estos sectores de la sociedad que poco frecuentaban en Mercado. ¿Cómo? Con sus pintxos y comidas. “Es un excelente lugar de ocio y restauración sin perder el encanto de los lugares emblemáticos de Bilbao”, afirma Tomás, de Leioa, que se acercó a cenar con su grupo de amigos al mercado.
Una fecha marcada en la historia del Mercado de la Ribera y de todo Bilbao es 1983. Unas terribles inundaciones arrasan Bilbao y dentro de él, el Mercado de la Ribera no tiene un final distinto. El catastrófico desbordamiento de la ría dañó considerablemente el edificio. La reconstrucción fue necesaria y aprovechándola se realizó la primera modernización de sus instalaciones. Lo que empezó como un desastre natural desembocó en la entrada en el Libro Guinness de los Record como el mercado municipal de abastos más completo. “Todo el mundo se acuerda o ha oído hablar del agosto del 83, fue una tragedia pero el mercado salió completamente reforzado y transformado”, afirman desde Bilbao Zebitzuak.
La otra gran fecha es la gran remodelación del mercado a raíz de unos estudios de 2008 que sacaban a relucir graves deficiencias en la infraestructura. La remodelación, a cargo del arquitecto Emilio Puertas, se caracterizó en la adaptación del mercado a las nuevas necesidades. Se derribó el ábside del mercado junto a la Iglesia de San Antón ampliando así el espacio, además se aumenta la superficie y el volumen del edificio manteniendo el orden de la composición original de Ispizua. Aunque la finalidad de esta remodelación era evitar las continuas obras, éstas no se han podido eludir del todo. En mayo de este año, apenas tres años después de la reforma integral del edificio que costó cerca de 20 millones de euros, aparecieron filtraciones a consecuencia de un mal sellado que la empresa asumió y corrió a cargo de esta. Todo esto es lo que conforma la figura de un barco atracado en el muelle de la ría que ha acompañado durante todos estos años a Bilbao en su reconversión de ciudad gris e industrial a una cosmopolita y moderna.






Pedro Ispizua Susunaga, arquitecto del Mercado de la Ribera
Nacido en Bermeo en1895 fue Arquitecto Municipal desde 1920 hasta 1937, siendo el Mercado de la Ribera su trabajo más destacado, aunque también fue el artífice de la Ciudad Jardín, las Escuelas de García Rivero, el Grupo escolar Luis Briñas o el Club Deportivo de Bilbao.
Es el 22 de agosto de 1929 cuando se inaugura este nuevo edificio de hormigón de estilo racionalista propio de la época. En este proyecto se perseguía la funcionalidad por encima de todo, Se basa en espacios abiertos sin columnas interiores, con buena ventilación para evitar los malos olores y con una cuidada iluminación natural conseguida por materiales traslúcidos (grandes vidrieras, celosías y florones) a través de los cuales pasa la luz transversal de un piso a otro.
Todo esto, acompañado de la cuidada decoración de la fachada constituye un estilo Art Decó.

EL MERCADO DE LA RIBERA: TODA UNA VIDA
